SUIZA




La selección nacional de Suiza, con una plantilla joven, multicultural y con la defensa como su punto fuerte, disputará en Brasil 2014 su tercera fase final mundialista consecutiva.

Entre 1966 y 2002, el conjunto helvético sólo pasó por un Mundial; pero Brasil será su tercer campeonato seguido, al que acude con la mejor defensa de las casi 200 selecciones que disputaron las eliminatorias y con el honor de haber sido el único país que ganó a España, campeona del mundo, en Sudáfrica 2010.

El conjunto liderado por el alemán Ottmar Hitzfeld repite entre los elegidos para la Copa del Mundo tras una magnífica fase clasificatoria en la que demostró el potencial de la generación que encabeza sus filas, que ya en 2009 se proclamó campeona del Mundial sub-17 de Nigeria.

El estilo defensivo del conjunto ha llegado junto con la renovación generacional de sus jugadores, una nueva casta de futbolistas que ha aportado un fuerte carácter multiétnico al equipo, que parecen haber cambiado el estilo de Suiza.

En esta nueva plantilla tienen cabida hijos de refugiados de Kosovo como Xhaka; su estrella Gelson Fernandes nació en Cabo Verde; y su capitán Gökhan Inleres -que jugará su primer Mundial con el brazalete- es hijo de inmigrantes turcos.

La confianza que el equipo helvético mostró en el terreno de juego durante la ronda clasificatoria también se vio favorecida por el hecho de que 13 de los 23 jugadores que van al Mundial juegan fuera de Suiza, en ligas de mayor nivel como la italiana o la Bundesliga.

En Sudáfrica no logró pasar a octavos, al quedar tercera de su grupo, pero se fue con la satisfacción de haber sido el único equipo que ganó un partido a España, gran favorita y final vencedora del torneo en 2010.

El máximo logro internacional de Suiza es haber llegado a cuartos de final en los mundiales de 1934, 1938 y 1954, además de ostentar el récord de imbatibilidad en ese torneo, al aguantar 559 minutos sin encajar un solo gol en Alemania 2006.

Allí empató a cero con Francia, ganó 2-0 a Togo y Corea del Sur y volvió a empatar a cero con Ucrania, conjunto que finalmente le eliminó en la tanda de penaltis en octavos de final, lo más lejos que ha llegado en un Mundial en el último medio siglo.

A pesar de su notable actuación en la ronda clasificatoria, su técnico Hitzfeld -que ya asumió con éxito en 2008 el reto de despertar de su largo letargo al equipo helvético- tiene en Brasil el desafío superar, como mínimo, el umbral de los octavos.

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