CROACIA

 

Croacia afronta su cuarta participación en un Mundial -tras superar en la repesca a Islandia- encomendada al gran estado de forma de su trío de estrellas: el madridista Luka Modric, el sevillista Ivica Rakitic y el delantero del Bayern de Múnich Mario Mandzukic.

El conjunto balcánico intentará emular a la generación dorada que propició el mejor resultado en la historia del fútbol croata, el tercer puesto que logró en su debut mundialista, en Francia 1998, con un equipo comandado por los centrocampistas Robert Prosinecki y Zvonimir Boban, y el delantero Davor Suker.

Ahora los croatas han conseguido llegar al Mundial tras una fase de clasificación llena de altibajos y que sólo se enderezó con la llegada de un nuevo entrenador, Niko Kovac, que parece haber dado con la tecla adecuada.

Los croatas, en el grupo con Bélgica, Serbia, Escocia, Gales y Macedonia, apenas lograron asegurarse el segundo puesto y perdieron dos de los últimos cuatro duelos del grupo.

En tal situación, Davor Suker, presidente de la Unión de Fútbol de Croacia (HNS), aceptó la dimisión como seleccionador de Igor Stimac y nombró en su lugar a Kovac, de 42 años.

El capitán del equipo croata en el mundial de 2006 y la Eurocopa de 2008 apenas tenía experiencia como entrenador -había dirigido cuatro partidos de la selección sub-21-, pero en poco tiempo se ganó la confianza del vestuario y ahora será el cuarto entrenador en dirigir a los balcánicos en un Mundial.

El principal cambio introducido por Kovac respecto a Stimac ha sido situar a los jugadores en sus posiciones naturales, además de trabajar más la presión y la presentación compacta del equipo.

Con esos cambios Croacia se transformó, pasó de ser un grupo de brillantes individualidades a un bloque que trabajaba de forma solidaria como equipo.

"Tenemos un buen potencial, tres jugadores de 35 años y todos los demás en sus años idóneos. Si todos siguen sanos, seremos una de las selecciones de calidad", declaró Kovac.

Lo mejor de Croacia es su centro del campo, con Luka Modric e Ivan Rakitic al mando, y algo más avanzado -como media punta- el joven Mateo Kovacic, del Inter de Milán italiano.

El jugador interista, de 19 años, es el mayor talento emergente croata y el veterano técnico italiano Giovanni Trapattoni lo ha definido como una mezcla entre el brasileño Kaká y el holandés Clarence Seedorf.

Este trío de centrocampistas croatas es por calidad y visión de juego, posiblemente, el que esté más cerca del mítico mediocampo que formaban Aljosa Asanovic, Zvonimir Boban y Robert Prosinecki en Francia 1998.

A ellos se une el jugador croata que está en mejor forma, el delantero del Bayern de Múnich Mario Mandzukic, que fue expulsado en el último partido de repesca contra Islandia.

Mandzukic es la primera apuesta ofensiva de Croacia en todas las variantes tácticas, y ahora el equipo espera que la FIFA no sea muy rigurosa y lo castigue con solo un partido de sanción.

En el primer partido del Mundial podrían reemplazarlo el veterano Ivica Olic, el joven jugador de la Fiorentina italiana Ante Rebic o el delantero centro clásico Nikica Jelavic, si en el mercado invernal encuentra algún club en el que juegue más que hasta ahora en el Everton inglés.

Por el lado de las debilidades, Croacia despierta algunas dudas en defensa y tiene problemas para encontrar a un volante de ciontención de garantías.

También es un equipo algo envejecido, ya que el portero Stipe Pletikosa, el defensa Josip Simunic y el delantero Ivica Olic rondan los 35 años, mientras que el capitán Darijo Srna tiene 31.

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