Japón se planta en el sorteo que dibujará la primera fase del Mundial de Brasil 2014 como una escuadra irregular pero con talento suficiente como para complicar la vida a los favoritos, sobre todo a la vista de los últimos amistosos disputados.
El empate (2-2) y la victoria (3-2) cosechadas respectivamente en terreno ajeno ante Holanda y Bélgica, dos equipos de peso en esta próxima Copa del Mundo, y, ante todo, la vistosidad con la que el grupo mezcló en ataque en ambos encuentros, son motivo suficiente como para recelar de los "Samurai blue".
Al mismo tiempo, ese brillo exhibido contrasta con las grises actuaciones ante Serbia y Bielorrusia (los nipones cayeron por 2-0 y 1-0) de apenas un mes antes y con el juego un tanto irregular desplegado durante la fase de clasificación asiática.
Japón terminó primero en el grupo que daba el pase para Brasil, pero en el camino sufrió una vergonzante derrota ante Jordania en Omán y apenas pudo salvar los muebles, jugando en casa y con todo a favor, ante su principal perseguidor, Australia, con un tanto de penalti en el último suspiro.
Pese a los altibajos, el italiano Alberto Zaccheroni, que se hizo con el equipo tras el Mundial de 2010, ha sabido exprimir lo mejor de una selección nacional que no falta a una cita mundialista desde su debut en 1998.
Los avances son patentes desde aquel Mundial de Francia, donde el equipo desplegó un gran coraje pero acabó perdiendo todos los cruces de la fase de grupos contra Croacia, Argentina y Jamaica.
En 2002, el apoyo de la afición (Japón fue país coorganizador) y la inclusión de jugadores que habían logrado dar el salto a Europa como Hidetoshi Nakata o Junichi Inamoto auparon a unos "Samurai blue" que lograron alcanzar los octavos, donde cayeron con Turquía, que acabaría en tercer lugar.
Tras el fiasco de Alemania 2006 -Japón naufragó en primera fase pese a la irrupción de nuevos talentos como Shunsuke Nakamura- la escuadra nipona completaría cuatro años después su mejor actuación hasta la fecha.
En Sudáfrica, los goles y asistencias de Keisuke Honda, a día de hoy convertido en líder indiscutible de la selección, fueron cruciales para dejar en la cuneta a Camerún (1-0) y Dinamarca (3-1).
Así, los nipones se vieron capaces de llegar a cuartos por primera vez, aunque acabaron perdiendo en octavos en los penaltis frente a Paraguay, a la que eliminaría "in extremis" el campeón, España, en la siguiente ronda.
En Brasil 2014 Zaccheroni buscará superar ese registro y sobre todo evitar repetir una actuación como la de la reciente Copa Confederaciones, donde el equipo cometió errores garrafales en defensa y cayó en los tres partidos disputados.
Honda (CSKA de Moscú) será de nuevo su mejor baza, junto al ingenioso aunque intermitente Shinji Kagawa (Manchester United) o el potente Yuto Nagatomo (Inter de Milán).
El empate (2-2) y la victoria (3-2) cosechadas respectivamente en terreno ajeno ante Holanda y Bélgica, dos equipos de peso en esta próxima Copa del Mundo, y, ante todo, la vistosidad con la que el grupo mezcló en ataque en ambos encuentros, son motivo suficiente como para recelar de los "Samurai blue".
Al mismo tiempo, ese brillo exhibido contrasta con las grises actuaciones ante Serbia y Bielorrusia (los nipones cayeron por 2-0 y 1-0) de apenas un mes antes y con el juego un tanto irregular desplegado durante la fase de clasificación asiática.
Japón terminó primero en el grupo que daba el pase para Brasil, pero en el camino sufrió una vergonzante derrota ante Jordania en Omán y apenas pudo salvar los muebles, jugando en casa y con todo a favor, ante su principal perseguidor, Australia, con un tanto de penalti en el último suspiro.
Pese a los altibajos, el italiano Alberto Zaccheroni, que se hizo con el equipo tras el Mundial de 2010, ha sabido exprimir lo mejor de una selección nacional que no falta a una cita mundialista desde su debut en 1998.
Los avances son patentes desde aquel Mundial de Francia, donde el equipo desplegó un gran coraje pero acabó perdiendo todos los cruces de la fase de grupos contra Croacia, Argentina y Jamaica.
En 2002, el apoyo de la afición (Japón fue país coorganizador) y la inclusión de jugadores que habían logrado dar el salto a Europa como Hidetoshi Nakata o Junichi Inamoto auparon a unos "Samurai blue" que lograron alcanzar los octavos, donde cayeron con Turquía, que acabaría en tercer lugar.
Tras el fiasco de Alemania 2006 -Japón naufragó en primera fase pese a la irrupción de nuevos talentos como Shunsuke Nakamura- la escuadra nipona completaría cuatro años después su mejor actuación hasta la fecha.
En Sudáfrica, los goles y asistencias de Keisuke Honda, a día de hoy convertido en líder indiscutible de la selección, fueron cruciales para dejar en la cuneta a Camerún (1-0) y Dinamarca (3-1).
Así, los nipones se vieron capaces de llegar a cuartos por primera vez, aunque acabaron perdiendo en octavos en los penaltis frente a Paraguay, a la que eliminaría "in extremis" el campeón, España, en la siguiente ronda.
En Brasil 2014 Zaccheroni buscará superar ese registro y sobre todo evitar repetir una actuación como la de la reciente Copa Confederaciones, donde el equipo cometió errores garrafales en defensa y cayó en los tres partidos disputados.
Honda (CSKA de Moscú) será de nuevo su mejor baza, junto al ingenioso aunque intermitente Shinji Kagawa (Manchester United) o el potente Yuto Nagatomo (Inter de Milán).
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