La Inglaterra de Roy Hodgson aspira a dejar atrás en Brasil 2014 dos décadas de decepciones en las que no ha logrado superar los cuartos de final en un Mundial y busca reencontrar la gloria que alcanzó en 1966, cuando ganó en casa la única Copa del Mundo de su historia.
Desde que Bobby Robson guió a la selección a las semifinales de Italia 1990, en las que cayeron ante Alemania, los ingleses han salido desengañados de todas las citas mundialistas, especialmente de la última, en Sudáfrica, donde Alemania les humilló con un 4-1 en octavos de final que en las islas todavía no han acabado de digerir.
El italiano Fabio Capello, el segundo extranjero que entrenaba al combinado inglés tras el sueco Sven-Göran Eriksson, se marchó dando un portazo en febrero de 2012 y la federación buscó durante meses a un sustituto que cumpliera un requisito indispensable: ser inglés.
El elegido fue Hodgson, exdefensa de 66 años nacido en Croydon, un barrio popular al sur de Londres, curtido como entrenador en clubes como el Fulham y el West Bromwich.
A sus órdenes, Inglaterra no ha brillado, pero ha sellado su clasificación para Brasil 2014 con pocas turbulencias gracias, sobre todo, al buen hacer de Wayne Rooney, que a pesar de las etapas irregulares que ha sufrido en los últimos tiempos en el Manchester United ha liderado con consistencia a la selección.
En la penúltima jornada de su liguilla, los ingleses firmaron un empate ante Ucrania (1-1) que les aseguró el pase directo al Mundial sin necesidad de acudir a la repesca, en la que los ucranianos, que terminaron segundos del Grupo H un punto por detrás de los ingleses, cayeron ante Francia.
A lo largo de la clasificación para Brasil 2014, Hodgson se ha propuesto concluir, o al menos adelantar, el trabajo pendiente que dejó Capello tras su dimisión, rejuvenecer un combinado que evidenció en Sudáfrica la necesidad de un relevo generacional.
El seleccionador inglés no renuncia a un esqueleto vertebrado por los mismos veteranos que apuntalaban al equipo hace cuatro años: Ashley Cole es, a sus 32 años, imprescindible en la defensa de Inglaterra; Steven Gerrard, de 33, capitanea al equipo desde el centro del campo, y Rooney, con vasta experiencia a sus 28 años, lidera el ataque.
Alrededor de ese esqueleto, los músculos de Inglaterra han rejuvenecido gracias, en gran parte, a la cantera del Arsenal, que ha aportado al combinado nacional talentos como el centrocampista de 21 años Jack Wilshere y el extremo de 24 Theo Walcott.
Los minutos más eléctricos de Inglaterra en los últimos meses han surgido de momentos de inspiración de Wilshere y Walcott, acompañados de otros jóvenes como el delantero del Liverpool Daniel Sturridge, el centrocampista del Manchester United Tom Cleverley y el defensa "gunner" Kineran Gibbs, todos ellos de 24 años.
Desde que Bobby Robson guió a la selección a las semifinales de Italia 1990, en las que cayeron ante Alemania, los ingleses han salido desengañados de todas las citas mundialistas, especialmente de la última, en Sudáfrica, donde Alemania les humilló con un 4-1 en octavos de final que en las islas todavía no han acabado de digerir.
El italiano Fabio Capello, el segundo extranjero que entrenaba al combinado inglés tras el sueco Sven-Göran Eriksson, se marchó dando un portazo en febrero de 2012 y la federación buscó durante meses a un sustituto que cumpliera un requisito indispensable: ser inglés.
El elegido fue Hodgson, exdefensa de 66 años nacido en Croydon, un barrio popular al sur de Londres, curtido como entrenador en clubes como el Fulham y el West Bromwich.
A sus órdenes, Inglaterra no ha brillado, pero ha sellado su clasificación para Brasil 2014 con pocas turbulencias gracias, sobre todo, al buen hacer de Wayne Rooney, que a pesar de las etapas irregulares que ha sufrido en los últimos tiempos en el Manchester United ha liderado con consistencia a la selección.
En la penúltima jornada de su liguilla, los ingleses firmaron un empate ante Ucrania (1-1) que les aseguró el pase directo al Mundial sin necesidad de acudir a la repesca, en la que los ucranianos, que terminaron segundos del Grupo H un punto por detrás de los ingleses, cayeron ante Francia.
A lo largo de la clasificación para Brasil 2014, Hodgson se ha propuesto concluir, o al menos adelantar, el trabajo pendiente que dejó Capello tras su dimisión, rejuvenecer un combinado que evidenció en Sudáfrica la necesidad de un relevo generacional.
El seleccionador inglés no renuncia a un esqueleto vertebrado por los mismos veteranos que apuntalaban al equipo hace cuatro años: Ashley Cole es, a sus 32 años, imprescindible en la defensa de Inglaterra; Steven Gerrard, de 33, capitanea al equipo desde el centro del campo, y Rooney, con vasta experiencia a sus 28 años, lidera el ataque.
Alrededor de ese esqueleto, los músculos de Inglaterra han rejuvenecido gracias, en gran parte, a la cantera del Arsenal, que ha aportado al combinado nacional talentos como el centrocampista de 21 años Jack Wilshere y el extremo de 24 Theo Walcott.
Los minutos más eléctricos de Inglaterra en los últimos meses han surgido de momentos de inspiración de Wilshere y Walcott, acompañados de otros jóvenes como el delantero del Liverpool Daniel Sturridge, el centrocampista del Manchester United Tom Cleverley y el defensa "gunner" Kineran Gibbs, todos ellos de 24 años.
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