La selección de fútbol de Uruguay, dos veces campeona del mundo, aspira a repetir en el Mundial de Brasil la buena imagen que dejó en Sudáfrica 2010, donde fue la mejor clasificada de América y ocupó el cuarto lugar.
El excelente momento por el que atraviesan sus goleadores Luis Suárez, del inglés Liverpool, y Edinson Cavani, del francés París Saint Germain, abonan esa posibilidad y alimentan el sueño de todo un país donde el fútbol es pasión y los niños aprenden a patear el balón al mismo tiempo que comienzan a caminar.
Los celestes recorrieron un camino espinoso y complicado en las eliminatorias sudamericanas y llegaron a ver la Copa del Mundo "de lejos y chica", como admitió el capitán de la plantilla, Diego Lugano.
Sin embargo, en el cierre del clasificatorio los uruguayos ganaron fuera de casa, recuperaron la moral y parte de su mejor juego y se aseguraron su boleto mundialista en una repesca que sellaron en el partido de ida goleando a Jordania en Ammán por 5-0.
Jugando en casa, y ratificando que frente a rivales en teoría más débiles el equipo se relaja, Uruguay "perdonó" a los jordanos e igualaron sin goles.
Suárez, que el próximo mes cumple 27 años, y Cavani, que alcanzará esa edad en febrero, son las actuales "estrellas" del equipo donde Diego Forlán, de 34 y elegido por la FIFA el mejor jugador de la Copa del Mundo de Sudáfrica, tiene ahora menos protagonismo pero sigue aportando su cuota de sapiencia y calidad, especialmente viniendo desde el banquillo y cuando los rivales le complican las cosas a Uruguay.
El seleccionador, Oscar Washington Tabárez, que en su segunda etapa al frente de la selección ya superó los cien partidos, ingresó recientemente en la historia del fútbol uruguayo y mundial por ser el único entrenador en llevar a la selección de su país a tres Copas del Mundo.
El "maestro", como se le conoce por su profesión de maestro escolar que alternó con su etapa de futbolista, clasificó anteriormente a los celeste para Italia'90, donde no lograron destacarse pese a tener en la plantilla figuras de la talla de Enzo Francéscoli y Ruben Sosa, y veinte años después repitió en Sudáfrica.
La mayoría de la plantilla uruguaya que estará en Brasil tiene experiencia por haber competido en el anterior Mundial y eso "no garantiza triunfos" pero "es muy importante para buscarlos", sentenció recientemente Tabárez.
Uruguay ganó dos Copas del Mundo en su historia. En 1930, en la primera edición de la que fue anfitrión, y, precisamente, en Brasil 1950 cuando contra todo pronóstico el equipo que tenía a Obdulio Jacinto Varela como capitán y a Juan Alberto Schiaffino y Alcídes Edgardo Ghiggia como figuras, venció en la final por 2-1 a Brasil.
Ese triunfo es conocido como el "Maracanazo" porque el partido se jugó en el estadio Maracaná, de Río de Janeiro y frente a 200.000 espectadores.
El excelente momento por el que atraviesan sus goleadores Luis Suárez, del inglés Liverpool, y Edinson Cavani, del francés París Saint Germain, abonan esa posibilidad y alimentan el sueño de todo un país donde el fútbol es pasión y los niños aprenden a patear el balón al mismo tiempo que comienzan a caminar.
Los celestes recorrieron un camino espinoso y complicado en las eliminatorias sudamericanas y llegaron a ver la Copa del Mundo "de lejos y chica", como admitió el capitán de la plantilla, Diego Lugano.
Sin embargo, en el cierre del clasificatorio los uruguayos ganaron fuera de casa, recuperaron la moral y parte de su mejor juego y se aseguraron su boleto mundialista en una repesca que sellaron en el partido de ida goleando a Jordania en Ammán por 5-0.
Jugando en casa, y ratificando que frente a rivales en teoría más débiles el equipo se relaja, Uruguay "perdonó" a los jordanos e igualaron sin goles.
Suárez, que el próximo mes cumple 27 años, y Cavani, que alcanzará esa edad en febrero, son las actuales "estrellas" del equipo donde Diego Forlán, de 34 y elegido por la FIFA el mejor jugador de la Copa del Mundo de Sudáfrica, tiene ahora menos protagonismo pero sigue aportando su cuota de sapiencia y calidad, especialmente viniendo desde el banquillo y cuando los rivales le complican las cosas a Uruguay.
El seleccionador, Oscar Washington Tabárez, que en su segunda etapa al frente de la selección ya superó los cien partidos, ingresó recientemente en la historia del fútbol uruguayo y mundial por ser el único entrenador en llevar a la selección de su país a tres Copas del Mundo.
El "maestro", como se le conoce por su profesión de maestro escolar que alternó con su etapa de futbolista, clasificó anteriormente a los celeste para Italia'90, donde no lograron destacarse pese a tener en la plantilla figuras de la talla de Enzo Francéscoli y Ruben Sosa, y veinte años después repitió en Sudáfrica.
La mayoría de la plantilla uruguaya que estará en Brasil tiene experiencia por haber competido en el anterior Mundial y eso "no garantiza triunfos" pero "es muy importante para buscarlos", sentenció recientemente Tabárez.
Uruguay ganó dos Copas del Mundo en su historia. En 1930, en la primera edición de la que fue anfitrión, y, precisamente, en Brasil 1950 cuando contra todo pronóstico el equipo que tenía a Obdulio Jacinto Varela como capitán y a Juan Alberto Schiaffino y Alcídes Edgardo Ghiggia como figuras, venció en la final por 2-1 a Brasil.
Ese triunfo es conocido como el "Maracanazo" porque el partido se jugó en el estadio Maracaná, de Río de Janeiro y frente a 200.000 espectadores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario