La selección de fútbol de Italia, actual subcampeona de Europa y campeona del mundo en 1930, 1934, 1982 y 2006, llega al Mundial de Brasil después de terminar invicta la fase de clasificación con la vitola de aspirante a acercarse de nuevo a la gloria.
Pese a ello, debido a las veleidades del ránking de la FIFA, no será una de las ocho cabezas de serie tras su empate contra Armenia en el último partido clasificatorio, lo que presuntamente le complica el sorteo del viernes.
El equipo "azzurro", el más laureado de la historia de los Mundiales después de Brasil (cinco títulos), no sufrió apenas para estar presente en la cita de 2014, después de solventar sin demasiados apuros su grupo de clasificación, en el que Dinamarca y República Checa, ambos fuera del Mundial, fueron sus grandes rivales.
Italia presentará en Brasil un equipo gestado desde el Mundial de Sudáfrica 2010, cuando los italianos capitaneados por Fabio Cannavaro, que defendían título de campeones, quedaron eliminados como últimos clasificados en la fase de grupos.
Este mal resultado supuso la destitución como seleccionador de Marcello Lippi y propició la llegada del actual entrenador, Cesare Prandelli, quien fuera jugador en el Juventus a principios de la década de 1980, campeón de la Copa de Europa, Recopa de Europa y tres ligas italianas entre 1981 y 1984.
Durante tres años Prandelli ha dotado a la "nazionale" de un estilo de fútbol ofensivo y directo, que aprovecha la potencia y rapidez de sus buques insignia en la delantera: los atacantes del Milán Stephan El Shaarawy y el siempre polémico Mario Balotelli.
Los centrocampistas Riccardo Montolivo, Claudio Marchissio y Daniele De Rossi, junto con los defensas Leonardo Bonucci y Giorgio Chiellini, han venido formando el once tipo de Prandelli, en el que continúan dos jugadores sempiternos con la camiseta de la selección, el portero Gianluigi Buffon y el mediocentro Andrea Pirlo, el auténtico jefe y conductor del juego.
A sus 34 años, Pirlo, que hasta el momento suma 107 partidos como internacional, superará previsiblemente en Brasil en número de participaciones con la selección al mítico portero Dino Zoff, que cerró su carrera con 112 encuentros disputados.
De las 19 ediciones celebradas hasta la fecha de la Copa del Mundo, en tan solo dos no participaron los italianos: en Uruguay 1930, el primer torneo celebrado de la historia, y en Suecia 1958, cuando cayeron eliminados en el último partido de la fase de clasificación contra Irlanda del Norte por dos goles a uno.
En esta última ausencia de los italianos influyó de manera importante la conocida como tragedia de Superga, cuando en 1949 se estrelló a las afueras de Turín (noroeste de Italia) el avión que transportaba a la plantilla del Torino, el equipo más laureado del país en esos momentos y repleto de jugadores internacionales.
Un equipo italiano de circunstancias, que vería mermada su calidad durante casi dos décadas, fue trasladado en transatlántico hasta Brasil en 1950 para disputar el Mundial, en el que no consiguieron pasar de la fase de grupos, mismo resultado que en Suiza 1954.
Nunca más se ausentó Italia de los Mundiales, que recuperó la gloria de viejos tiempos en España 1982, cuando la "azzurra" de Dino Zoff, Franco Baresi y Paolo Rossi demostró que es posible pasar una fase de grupos con tres empates y terminar levantando la Copa del Mundo.
Pese a ello, debido a las veleidades del ránking de la FIFA, no será una de las ocho cabezas de serie tras su empate contra Armenia en el último partido clasificatorio, lo que presuntamente le complica el sorteo del viernes.
El equipo "azzurro", el más laureado de la historia de los Mundiales después de Brasil (cinco títulos), no sufrió apenas para estar presente en la cita de 2014, después de solventar sin demasiados apuros su grupo de clasificación, en el que Dinamarca y República Checa, ambos fuera del Mundial, fueron sus grandes rivales.
Italia presentará en Brasil un equipo gestado desde el Mundial de Sudáfrica 2010, cuando los italianos capitaneados por Fabio Cannavaro, que defendían título de campeones, quedaron eliminados como últimos clasificados en la fase de grupos.
Este mal resultado supuso la destitución como seleccionador de Marcello Lippi y propició la llegada del actual entrenador, Cesare Prandelli, quien fuera jugador en el Juventus a principios de la década de 1980, campeón de la Copa de Europa, Recopa de Europa y tres ligas italianas entre 1981 y 1984.
Durante tres años Prandelli ha dotado a la "nazionale" de un estilo de fútbol ofensivo y directo, que aprovecha la potencia y rapidez de sus buques insignia en la delantera: los atacantes del Milán Stephan El Shaarawy y el siempre polémico Mario Balotelli.
Los centrocampistas Riccardo Montolivo, Claudio Marchissio y Daniele De Rossi, junto con los defensas Leonardo Bonucci y Giorgio Chiellini, han venido formando el once tipo de Prandelli, en el que continúan dos jugadores sempiternos con la camiseta de la selección, el portero Gianluigi Buffon y el mediocentro Andrea Pirlo, el auténtico jefe y conductor del juego.
A sus 34 años, Pirlo, que hasta el momento suma 107 partidos como internacional, superará previsiblemente en Brasil en número de participaciones con la selección al mítico portero Dino Zoff, que cerró su carrera con 112 encuentros disputados.
De las 19 ediciones celebradas hasta la fecha de la Copa del Mundo, en tan solo dos no participaron los italianos: en Uruguay 1930, el primer torneo celebrado de la historia, y en Suecia 1958, cuando cayeron eliminados en el último partido de la fase de clasificación contra Irlanda del Norte por dos goles a uno.
En esta última ausencia de los italianos influyó de manera importante la conocida como tragedia de Superga, cuando en 1949 se estrelló a las afueras de Turín (noroeste de Italia) el avión que transportaba a la plantilla del Torino, el equipo más laureado del país en esos momentos y repleto de jugadores internacionales.
Un equipo italiano de circunstancias, que vería mermada su calidad durante casi dos décadas, fue trasladado en transatlántico hasta Brasil en 1950 para disputar el Mundial, en el que no consiguieron pasar de la fase de grupos, mismo resultado que en Suiza 1954.
Nunca más se ausentó Italia de los Mundiales, que recuperó la gloria de viejos tiempos en España 1982, cuando la "azzurra" de Dino Zoff, Franco Baresi y Paolo Rossi demostró que es posible pasar una fase de grupos con tres empates y terminar levantando la Copa del Mundo.
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